Ricardo Flores Cuevas
Coordinación de Extensión, Vinculación y Desarrollo Social
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El conversatorio Olas de calor: riesgos y protocolos de seguridad se realizó el día 4 de abril de 2024, justo el día en el que el Servicio Meteorológico Nacional informó que iniciaba la segunda ola de calor del año.

En su intervención, Estanislao Hernández Figueroa, de la Escuela Nacional Preparatoria de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), expresó que no existe una sola definición de qué es una ola de calor.

Explicó que de acuerdo con la UNAM, “una ola de calor es un fenómeno climático extremo; un episodio de temperaturas anormalmente altas que se presentan durante varios días e incluso semanas y que afectan una parte importante de una región o un país”, y contrastó esta definición con la de la Organización Meteorológica Mundial, que la define como “Un tiempo cálido inusual marcado (máximas, mínimas o promedio) en una región que persiste durante al menos dos días consecutivos, durante el periodo caluroso del año, en función de las condiciones climatológicas locales, con registros por encima de los umbrales determinados.”

Comentó que las olas de calor son generadas por la presencia de los “anticiclones”, originadas cuando el aire se mueve de arriba hacia abajo, lo que inhibe la formación de nubes, lo que posibilita la penetración de los rayos solares.

Señaló que entre los efectos sobre la salud se encuentran:

  • Las altas temperaturas provocan estrés térmico
  • Golpe de calor
  • Agotamiento
  • Deshidratación
  • Propagación de enfermedades infecciosas
  • Empeoramiento de padecimientos prexistentes
  • Muerte (personas vulnerables)

Entre los efectos al ambiente están:

  • Sequías
  • Incendios forestales
  • Crisis hídrica
  • Alteración de ecosistemas

Sugirió que entre las medidas institucionales se puede:

  • Desarrollar una legislación en la materia, ya que se carece de ella
  • Establecer un sistema de alerta pública
  • Sensibilizar a la población
  • Aumentar espacios verdes en las ciudades
  • Mejorar el diseño de viviendas y edificios
  • Adaptar la jornada laboral
  • Proveer de fuentes de agua potable

Entre las medidas individuales, destacó:

  • Exponerse lo menos posible a los rayos solares
  • Hidratarse de forma constante
  • Utilizar bloqueadores y filtros solares
  • Emplear sombreros o gorras
  • Cubrirse con ropa ligera de colores claros

Por su parte, Martín Bonifacio Bautista, maestro de Ingeniería en Tecnología Ambiental de la Universidad Abierta y a Distancia de México (UnADM), resaltó que para comprender el fenómeno de las olas de calor se deben considerar diversos aspectos como el cambio climático, los riesgos naturales y riesgos antropogénicos, entre otros. Esto, porque los peligros por olas de calor no son iguales en toda la República mexicana. Por ejemplo, los estados que pueden alcanzar mayores temperaturas son los del noreste del país: Sonora, Chihuahua, Baja California y Baja California Sur.

En cuanto a los riesgos, enfatizó que las olas de calor también son consideradas como parte de los fenómenos hidrometeorológicos que provocan sequías, ciclones tropicales, entre otros. Considerando esto, pueden darse casos en los que las olas de calor coincidan con sequías que a su vez provoquen incendios forestales.

También refirió que el estrés fisiológico causado a las personas por olas de calor depende de la edad, estatura, peso o género. Señaló que este fenómeno hidrometeorológico provoca mayor consumo de energía eléctrica y enfermedades. Asimismo, compartió que las viviendas hechas con hierro o acero se calientan más y pueden llegar a provocar la muerte de alguno de sus habitantes, ya que esos materiales incrementan la temperatura interior.

Explicó que la atmósfera al estar en constante equilibrio, si experimenta aumento en la temperatura tratará de estabilizarse a través de la formación de huracanes, generación de ondas gélidas, etcétera.

Subrayó la importancia del papel de los investigadores para generar un atlas de riesgos y estudiar el impacto de este fenómeno en las localidades considerando las características de su población, y con ello contribuir a mitigar los fenómenos hidrometeorológicos. Por ejemplo, el impacto de las olas de calor en la agricultura. Ya que, alertó, hacen falta investigaciones especializadas sobre el impacto de las olas de calor en México.

 

 

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